La pintura "El acordeonista" de Aurelio Arteta (1879-1940) es el doble recuerdo de aquello que se podría llegar a escuchar en cualquier pueblo costero del país vasco. Doble porque hace resonar el recuerdo del sonido de las acordeones de los pescadores y porque hace resonar el sufrimiento de los recuerdos de aquellos que lo escuchan.
Xabier Erkizia
2012-07-12
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