Source: Vuelos Cortos. Intentados, emprendidos y realizados por un Chimbo (El Nervión, Bilbao, 1894)

Las cerillas de Cascante —más comúnmente llamadas mistos— fueron generalizándose, aunque por entonces eran más bien piezas de pirotecnia, á juzgar por el estampido que producían y el negro humo y las locas llamaradas que arrojaban. Desde que aparecieron las primeras cajas con una redondilla en su tapa tan notable como la que antes he transcrito, fueron poco á poco perfeccionándose y modificándose la que denominaron tremendas, baldes, monstruos, vagones, etc.
Más tarde se ofrecieron al público las cerillas sin ruido. Y Zaragüeta y otros fabricantes fosfóricos hicieron ruda competencia al industrioso iniciador y propagador de aquel elemento de luz en España.

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