Fuente original: Alma Vasca (Rivadeneira, Madrid, 1900)
Jose Mª Salaverria (1873-1940)
II. El ceremonioso tamboril. Pages 15
De pronto, porque es domingo, sale el tamboril de la villa a recorrer las calles. Suenan las dos flautas acordes, tamborilean los dos tamboriles unánimes, y el chato tambor repiquetea gravemente. Y tan pronto como la música ha sonado, el pueblo adquiere nuevo valor. Todas las cosas se han entonado, se han estirado, se han magnificado. ¡En la vida hubiese creído que un tamboril tuviera tal arte milagroso!
Los tamborileros recorren la ronda, van por las calles, se ocultan a mi mirada. Pero oigo su música, que resuena claramente, melodiosamente, por todo el ámbito del pueblo. El pueblo se estremece a la música de tamboril, o creo yo que se estremece, y es lo mismo. La tonada viene por los callejones, sube por los tejados, rodea y empapa de melodía al pueblo entero, y finalmente se introduce en mi alma como una gran ola sugeridora.
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Autor: Jose María Salaverría (1873-1940)Fecha: 17/07/1900