Donostia/San Sebastián – Testigo nº72 (1813)

Fuente: TESTIGANTZAK 71-79.PDF
Titulo del documento original: Copia autentica de las informaciones recibidas antes los alcaldes constitucionales de esta ciudad y villas del Pasage, Renteria, Tolosa y Zarauz sobre la atroz conducta de las Tropas Británicas y Portuguesas en esta Ciudad el 31 de Agosto de 1813 y días succesivos.
Testigo 72: don Eugenio García, vecino que ha sido de la Ciudad de San Sevastián y residente en esta villa.

A la segunda, dijo que, quando las tropas aliadas (118) llegaron a la Plaza nueba de la expresada Ciudad, en la que vivía el testigo, empezaron a tirar a las ventanas y valcones y aun a los de la casa del testigo tiraron también , dos balazos, rompiendo cristales y atravesando las ventanas y taviques de las alcobas interiores.
Que en el mismo momento oyó unos clamores de gentes de la propia Ciudad y se enteró luego después de que los aliados mataron al presvítero don Domingo de Goicoechea, beneficiado de Parroquia Santa María de la referida Ciudad, anciano respetable, que, llebado de la pasión de alegría de haver triunfado los aliados y apoderándose de la Plaza, salió al balcón de su casa, exclamando vivas y haciendo la bien benida a los vencedores.
Que oió durante su permanencia en la indicada Ciudad, y aun después que la dejó, que havían sido muertas y heridas otras muchas personas, como un chocolatero, el herrador de la Posada San Juan, también muertos; y el cebadero herido de dos balazos, el llamado Pedro el sastre, herido pravemente, de cuyas resultas murió, Juan el andaluz, que tubo la misma suerte, la muger de un practicante de cirugía, llamado Manuel, también muerta, y aún ha oído (118v) decir que llegó a tanto el desorden que, haviendo tendido sobre su cadáver a una hija de la misma, la quisieron forzar, y que, si no lo consiguieron fue, porque el marido de la muerta y padre de la que querían sacrificarla, acudió a la yglesia de San Vicente, destinada por entonces a Hospital de los prisioneros portugueses y yngleses, y, haviendo hecho relación a algunos de los que havía socorrido durante su permanencia en aquella Yglesia, salió con el mismo hombre uno de los heridos y que, haviendo pasado inmediatamente a la casa del practicante, logró que dejasen a su hija antes de conseguir su violación.

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Autor: Xabier Erkizia
Fecha: 01/09/1813